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¿Tiene sentido utilizar software social en la Administración?

El otro día el responsable de una institución pública me preguntó para qué podía servir lo que hacemos en Alianzo. Había oído hablar de Web 2.0 y se preguntaba si eso también le concernía. Obviamente, le dije que sí y le expliqué que el software social es apto para cualquier organización que quiera reforzar los vínculos con sus clientes, que en este caso somos los ciudadanos.Lo cierto es que cuesta mucho explicar la Web 2.0 a alguien no familiarizado con blogs o redes sociales. Todavía le retumban en los oídos los foros y, por el momento, sólo entiende Internet como un medio para ahorrarse folletos. Las transacciones online son, por el momento, un coto cerrado de aquellas instituciones que manejan dinero, fundamentalmente Hacienda y la Seguridad Social, y de algunas que realizan trámites rutinarios.¿Pero tiene sentido la Web 2.0 en la Administración? Desde luego que sí. Para empezar, las instituciones públicas están ahí para prestar un servicio cuyo nivel debe depender directamente de lo que demanden los ciudadanos. Y muchas veces ese servicio podría ser prestado directamente por otros ciudadanos. Sin ir más lejos, la propia Internet es una grandísima biblioteca con el mejor bibliotecario del mundo, que se llama Google.Otro caso: ¿Cuánto dinero se están ahorrando gracias a Internet las instituciones locales que disponen de números de teléfono para responder a inquietudes de los ciudadanos? La inteligencia colectiva que se genera en la Red encuentra respuesta a la mayor parte de estas dudas y lo hace, además, de forma inmediata.Por tanto, la Administración haría bien en poner a disposición de los ciudadanos todo tipo de herramientas que permitan compartir conocimientos y colaborar. ¿Cuánto va a costar, por ejemplo, que las leyes formen parte de un inmenso wiki que interrelacione unos documentos con otros? De todas formas, esto no va a ser fácil. Los gobiernos están plagados de políticos e, incluso, algunos funcionarios que aspiran a controlar el conocimiento humano.