(Advertencia: este es un post sumamente filosófico) Odio visceral a la Sgae, adoración del dios Google, oposición a cualquier tipo de censura y militancia bloguera. Son algunos de los ingredientes de lo que hace poco describía como ‘generación YouTube‘ pero que también se puede englobar en una especie de ‘religión 2.0’, o mejor dicho, de ‘fe 2.0’.

Cada día tengo más claro que el concepto de la Web 2.0 tiene poco de tecnología y mucho de revolución. Por eso es muy atractivo, porque no sólo atrae a los informáticos y diseñadores sino también a todas aquellas capas sociales que están buscando nuevos alicientes en la vida.

Y me incluyo. El optimismo intrínseco al ser humano nos lleva a creer que las cosas van a ir a mejor y nos impulsa, sobre todo cuando tenemos menos de 30 años, a tratar de transformar la sociedad, generalmente de manera utópica.

Este tipo de sentimientos han sido el motor de la Humanidad. Y nadie puede dudar que el comunismo y movimientos más recientes como el ecologismo o incluso la globalización están muy relacionados con este trasfondo ideológico del ser humano. Creemos que podemos transformar el mundo hacia algo mejor.

¿Qué tiene esto que ver con la Web 2.0? Mucho. El concepto 2.0 está muy relacionado con valores como la transparencia, la innovación, la colaboración o la participación. Llevarlo a las empresas, las administraciones, las escuelas o la política empieza a ser un objetivo de muchos internautas, más o menos anónimos. Empieza a ser, en fin, una auténtica revolución.

Una revolución que se refleja día a día en blogs. Desde la empresa abierta y participativa que promulga Julen Iturbe hasta la Administración 2.0 que proponen Iñaki y Alberto, pasando por todos los afiliados que están empujando a sus partidos a ser más transparentes. Por cierto, recomiendo seguir atentamente lo que están haciendo un grupo de cargos de Izquierda Unida en Euskadi.

Por todo ello, creo que debemos empezar a hablar más de Movimiento 2.0 (este concepto lo acuñaba recientemente Francis Pisani) que de Web 2.0. Los cambios más importantes no son el Ajax o los wikis, sino las posibilidades que han abierto en empresas, organizaciones y en la sociedad en general. Las redes sociales que se están conformando no van a depender tanto de una herramienta concreta (a día de hoy todavía sí lo hacen) como de que ese Movimiento 2.0 tenga actores convencidos.

P.D. Creo que se nota que me he tomado un par de días libres y he tenido tiempo para pensar con calma 😉