Hace ya más de un mes que volví de Israel, pero todavía no había tenido tiempo de sentarme a explicar las lecciones que aprendí sobre negocios en este país. Allí asistí a Kinnernet, un ‘campamento’ de innovadores en el que se relacionan inversores y geeks invitados por Yossi Vardi, el creador de ICQ. Y hay muchas cosas que podemos copiarles.

  

1. En Israel todo el mundo parte de la base de que su mercado es el mundo y no los 6,5 millones de personas que viven en este país. Este es uno de los grandes errores que cometemos en España, donde como mucho nos fijamos en América Latina.

2. Trabajar en inglés. En Israel todo el mundo tiene un idioma materno, el hebreo, y otro profesional, el inglés, que se aprende haciendo algo tan sencillo como ver la televisión. El hecho de hablar bien inglés les abre miles de oportunidades a las que una gran parte de los españoles nunca podrán llegar.

3. En Israel las empresas disponen de amplias redes sociales en las que pescar todo lo que pueden necesitar: fondos de inversión (financiación), universidad (personal) y otras empresas (clientes y proveedores). Estas redes sociales son una utopía en España, donde existen pequeños intentos tipo First Tuesday o Last Thursday. Este tipo de redes es lo que se debería estimular desde la Administración, en lugar de las inútiles y burocráticas subvenciones. Kinnernet es, en sí, una impresionante red social, aunque muy difícil de replicar por estos lares.

4. En Israel cualquier licenciado (o incluso estudiante) es consciente de que crear una empresa es una de las alternativas más divertidas, aunque también más arriesgadas y cansinas. En España, simplemente, esa alternativa no existe para ningún licenciado, que ha sido "educado" para trabajar por cuenta ajena. Esto es lo más difícil de todo, pero es fundamental ya que la innovación nace precisamente de esta gente joven con ideas revolucionarias y muchas veces inocentes.

5. En Israel la crítica está prohibida en el mundo de los negocios. Al ser un país tan pequeño y "amenazado", existe un elevado sentimiento de solidaridad entre su población. Esto se lleva a diversos ámbitos y, entre otros, al de los negocios. Otro capítulo difícil de replicar en España, donde la envidia sigue siendo deporte nacional.

Pero no todo es malo. También hay muchas similitudes entre Israel y España, que deberíamos aprovechar mejor:

1. Israel tiene una impresionante y poderosa diáspora en EE.UU. de la que se aprovecha muy bien en el mundo de los negocios. Algo parecido sucede con España (y con Euskadi).

2. A los israelíes les encanta comer. Muchos negocios se hacen en torno a una mesa, lo cual es parte del encanto del país. Sin palabras…

3. Los israelíes son muy flexibles, lo cual es un ingrediente fundamental a la hora de crear, sea arte o negocios. Es otro de los aspectos culturales en los que nos parecemos enormemente a ellos. Deberíamos aprovechar nuestro talento innato para desarrollar más proyectos innovadores.