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¿Por qué me hice emprendedor?

Estoy preparando una presentación para una charla que voy a dar en Gijón dentro de unos días. Es la primera vez que voy a hablar de mí mismo como emprendedor y no tanto sobre la empresa que dirijo y reconozco que esto me da cierta vergüenza y me supone un esfuerzo considerable. Me resulta fácil hablar de un proyecto corporativo o sobre tendencias del mercado, pero me cuesta horrores hacerlo sobre un proyecto personal.

  

Sea como fuere, aprovechando esta circunstancia, he preparado este artículo para compartir las razones por las que me hice emprendedor. Algunas son muy típicas y otras son bastante más particulares. Allá van:

1. Porque me gustan los retos. El emprendedor es una persona que no sabe trabajar sin objetivos a largo plazo. Es idealista, sí, pero esa es precisamente la fuerza que mueve su motor. Cuando empecé a diseñar Alianzo, me aburría en el trabajo. La conclusión ahora es clara: tenía que haber dejado mi empresa anterior mucho antes.

2. Porque la experiencia de montar una empresa merece la pena ser vivida. Creo que alguna vez ya lo he dicho en público. Fue un gran emprendedor, Mikel Urizarbarrena, fundador entre otras empresas de Panda Security, quien me animó a lanzarme. Tuve la oportunidad de hablar dos o tres horas seguidas con él y el entusiasmo que transmitía respecto a su labor me llevó a pensar: "Esto hay que vivirlo, no me puedo morir sin saber lo que es ser emprendedor". Urizarbarrena no montó una empresa para forrarse sino porque le gusta crear cosas. Y eso es en sí mismo una experiencia increíble.

3. Porque soy optimista. Sí. No se puede ser emprendedor sin creer, muchas veces inocentemente, que mañana las cosas serán mejores que hoy. Para meterse en este tinglado hay que ser un poco ciego. ¿Pero qué sería de la humanidad sin los optimistas? Me considero una persona muy optimista y me gusta rodearme de gente optimista. Pero ojo, esto es plenamente complementario con ciertas dosis de crítica hacia lo que hay en el entorno, porque de otra forma sería imposible crear cosas nuevas y transformar la realidad.

4. Porque mi situación familiar me lo permite. Si tuviera familia e hijos, probablemente no habría podido dejar mi trabajo, volver a casa de mis padres (para ahorrar al máximo) y vivir un par de años sin apenas sueldo. El permanente apoyo de mi pareja también ha sido fundamental. Por eso precisamente me lancé en ese momento, para que las cargas familiares no me lo impidieran más adelante. También confieso que la "economía de subsistencia" en la que me metí es muy dura. Por eso, veo con muy buenos ojos que aparezca capital-riesgo de verdad, del que apuesta por un proyecto en el momento en que nace, para que el emprendedor también tenga unos mínimos recursos para poder comer.

5. Porque vengo de una familia de emprendedores. Es verdad que hay gente, como Mikel Urizarbarrena, que me ha marcado mucho. Pero también lo ha hecho mi abuelo, que se marchó un día de su pueblo para buscarse la vida en Filipinas y después no paró de montar empresas a su vuelta a Bilbao en una época en la que todo estaba por construir. Por cierto, casi todas le fueron mal 😉

6. Porque me gusta liderar. Creo que ser emprendedor tiene mucho de reafirmación personal, de tener unas ideas y de luchar con ahínco para sacarlas adelante. A esto hoy en día lo llaman liderar, aunque mi abuelo habría dicho "mandar" 😉 Sea como fuere, a los emprendedores nos cuesta muchas veces delegar, ceder y aceptar que no tenemos razón y que nos podemos equivocar.

7. Porque sé gestionar y vender. Creo que son dos ingredientes fundamentales en una empresa que quiere durar: captar clientes y dinero y gestionar los recursos. Esto es, por cierto, contradictorio con algunos puntos anteriores. Muchas veces, los retos se pegan con la tesorería de una empresa y eso lleva a aparcar proyectos. Lamentablemente, me ha pasado muchas veces. Pero también es verdad que Alianzo lleva tres años ganando dinero y eso tiene, para mí, mucho valor. A los bancos también les impresiona. Eso sí, también tengo grandes carencias. Las dos más grandes son la gestión de recursos humanos y la tecnología, que siempre he intentado delegar.

8. Porque tengo huevos. Pues sí. Es difícil ser emprendedor si no eres optimista y además tienes lo que hay que tener para lanzarte y poder dormir a pierna suelta todas las noches. Si de algo me arrepiento es de no haberlos tenido más grandes todavía 😉

9. Porque me encanta Internet. Creo que no habría podido crear una empresa de otra cosa. Creo, además, que Internet es sinónimo de emprender. Hay tantas cosas por hacer y descubrir que este mundo sigue siendo el ideal de un emprendedor. Lo malo es que todavía no hay mucho dinero, aunque esto está empezando a cambiar.

10. Porque tenía algo de dinero. Sí, gané algo de dinero en mi anterior empresa y eso me permitió tener algo con lo que arrancar. ¿Se puede montar una empresa sin dinero? Malamente, aunque esto está empezando a cambiar. La siguiente generación lo tendrá más fácil, también en esto 😉