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La nueva moda se llama "Política 2.0"

Barack Obama ha conseguido que la política recupere cierto protagonismo entre una sociedad desmovilizada y completamente desencantada con "la cosa pública". Hasta el punto de que, en un momento en que los blogs y la Web 2.0 empiezan a perder cierto furor, se está poniendo de moda el concepto de Política 2.0. Con todo lo que eso conlleva: políticos que abren perfiles en redes sociales, empresarios que tratan de sumarse al carro y multitud de artículos en prensa convencional sobre el tema.

  

Lo cierto es que, junto con los periodistas, los políticos figuran entre los profesionales menos "queridos", probablemente por la distancia que han ido marcando con el resto de la sociedad y por la agresividad con la que se han venido relacionando entre sí. Ser político se ha convertido en sinónimo de persona relativamente arrogante, con facilidad para insultar al contrario y con cierta tendencia a apropiarse de lo que no es suyo.

Hablo, obviamente, de estereotipos. Por supuesto que hay muchos políticos honestos, sinceros y pacíficos. Pero la sociedad los ve como los ve, con lo que convertirse en político no está nada bien visto. Es mejor ser empresario (o emprendedor) o incluso policía. Y eso que se supone que la política debería ser una de las profesiones más agradecidas, por la capacidad que otorga para arreglar problemas y para cambiar el mundo.

Sin embargo, Barack Obama puede estar alterando esta imagen. Es el primer político cercano y que ha entusiasmado a las masas con un programa abierto y participativo y con ideales compartidos. Ha hecho soñar a mucha gente y eso les ha llevado a implicarse y a votarle. Curiosamente, la tecnología ha servido no para virtualizarle sino para acercarle a la gente: para transmitir su mensaje y para que los americanos puedan actuar.

La pregunta que se hace todo el mundo ahora es si esto es pura imagen o es un cambio profundo, que va a alterar la política para siempre. ¿Está dispuesto Obama a descentralizar el poder y dejar que lo gestione esa gran red social que conforman los ciudadanos de EE.UU.? ¿Le dejarán hacerlo? Confío en que sí. No sólo porque soy optimista, sino porque la crisis económica nos obliga a realizar cambios importantes en la sociedad.

Estas son las principales diferencias que ha establecido Obama y su posible aplicación en España:

– Ha preferido establecer una red de miles de donantes de fondos, para evitar depender de las grandes corporaciones, que controlaban hasta ahora a los candidatos por esta vía. Aplicado a España, supondría que un candidato de nuevo cuño tendría que solicitar pequeñas donaciones a todos los ciudadanos para evitar depender de los partidos, que a su vez dependen de las constructoras (sí) y de los bancos que les prestan dinero. Esto me recuerda mucho, por cierto, a la campaña de Mobuzz.

– Ha construido una organización política completamente nueva, 2.0. Ha innovado en política, lo cual es realmente sorprendente, porque es un sector en el que los cambios transcurren con muchas dificultades. La gran diferencia es que es profundamente horizontal en su organización, pero manteniendo el orden jerárquico que requiere el liderazgo de una persona.

Ha establecido una red social de simpatizantes que se encargan directamente de visitar a la gente y de gestionar listas de correo y grupos en Facebook, con el fin de hablar de las bondades del candidato. Parece ser que esto fue determinante en Ohio, donde sus seguidores llevaban una aplicación en su iPhone que se conectaba a una base de datos central desde la que podían consultar a quién convenía visitar. Esto sí que es plenamente aplicable en España, pero para que los electores se motiven haría falta un cambio profundo en la política, que ahora tiene una imagen pésima.