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De la economía de la atención a la economía de la reputación

Sé que todo esto que voy a contar es pura teoría, ya que la economía sigue basada plenamente en el dinero. Ganarlo es el principal objetivo de casi todo el mundo, sea en Internet y en el mundo real. Pero es cierto que la economía que se está gestando en torno a la Red empieza a valorar otros recursos escasos que, además, suelen ayudar a ganar dinero. El más conocido hasta ahora es el de la atención. Y últimamente se empieza a hablar especialmente de la reputación.

La economía de la atención está teorizada desde el siglo pasado. Los medios de comunicación de masas, primero, y los personalizados después han convertido en más importante a aquellos que mejor saben captar el interés de los demás. Lo hemos visto especialmente en el mundo de los blogs, en el que los que mejor se lo montan pueden rentabilizar su éxito de muchas más o menos directas, como poner publicidad o impartir conferencias.
Pero en los últimos tiempos el interés por la atención se está desplazando hacia la reputación. ¿Cuál es la diferencia entre ambos conceptos? La atención es algo más genérico, medible fundamentalmente en forma de visitas a una web o de fans en una página de Facebook. La reputación, sin embargo, es algo más complejo, ya que incluye también las reacciones e interacciones que somos capaces de generar en nuestro entorno. Reputación se acerca mucho más a influencia.
De ahí que hayan surgido en los últimos tiempos un sinfín de herramientas para medir esta reputación. Desde Klout o PeerIndex hasta nuestro Alianzo, más centrado en marcas. Es cierto que a todos los que nos dedicamos a esto, por el momento, se nos escapa toda la influencia que se genera fuera de Internet, pero esto es solo el comienzo.
Por cierto, para entender la importancia que va a tener la reputación, sirva un ejemplo: Gilt Groupe, una empresa de comercio electrónico de productos de lujo, que ofrece descuentos a las personas que tengan mayor capacidad de influencia (medida por Klout). ¿Tiene sentido? Sí, puesto que es evidente que una persona con mayor reputación, va a poder propagar mejor un mensaje de satisfacción que alguien que apenas tiene red de influencia.