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El debate Le Meur-Arrington y por qué Europa no existe

Esta semana me he pasado un par de días en París en Le Web (creo que ya es la cuarta vez que voy). Aunque con claros y sombras, el balance es muy positivo. Como siempre, por los contactos y alguna que otra charla de alta calidad, como el debate final y una personal con Luis Rull.

El debate final fue apasionante. Nunca me lo había pasado tan bien en un evento. El hilo conductor fue la diferencia entre Europa y EE.UU. y los dos protagonistas, el americano Michael Arrington (Techcrunch) y el francés Loic Le Meur (Seesmic). Remarco lo de francés por lo que voy a decir más adelante.

A mi juicio, Europa va a salir derrotada de casi cualquier enfrentamiento que tenga con EE.UU. en el ámbito tecnológico. Por una razón muy simple: Europa no existe. Hay muchas europas pero no una única. Y digo esto con mucha tristeza, porque siempre he luchado por incrementar las relaciones entre países. También lo ha hecho Loic Le Meur, pero sin éxito. Hasta el punto de que en su evento la mayor parte de los ponentes son norteamericanos. El propio Marc Simoncini, el creador de Meetic, admitió que en Europa necesita una marca "en cada país".

¿Qué ocurre? En Europa tenemos demasiados idiomas y no nos entendemos entre nosotros. También cambian la cultura y las costumbres. Le Meur dijo, por ejemplo, que la gran diferencia entre EE.UU. y Europa es que allí comen a todo correr y sólo piensan en trabajar mientras que nosotros nos lo tomamos con más calma y nos pasamos dos horas en la mesa.

Pues bien. Esto quizás suceda en Francia. En España, las comidas "de trabajo" duran hasta 4 y 5 horas. En el norte de Europa, sin embargo, apenas comen en quince minutos. Grandes diferencias, por tanto. Yo no veo grandes diferencias con EE.UU. sino entre los propios europeos. No hay más que ver lo que sucede en Le Web: los británicos ponen a parir al evento sólo porque lo organizan sus vecinos. Los alemanes, más respetuosos, se callan, pero en privado te dicen lo que piensan y tampoco es positivo.

Lo cierto es que en Silicon Valley tienen muchas ventajas respecto a nosotros:
– Hablan el mismo idioma: el inglés, pero también el del dinero.
– Su mercado tiene 300 millones de personas de golpe y porrazo. En Europa el mayor mercado es Alemania, con 100 millones, y no le resulta fácil exportar software, con la excepción de SAP.
– Son mucho más ambiciosos: van a triunfar desde el principio. Aquí trabajamos para vivir y eso se nota.
– Los mejores ingenieros están allí, porque tiene las mejores universidades y las mejores startups.
– Una diversidad de culturas que no se puede encontrar en ningún otro sitio del mundo, salvo quizás en Londres.

Atención a las frasecitas de Michael Arrington, porque van a dar mucho que hablar:

"Los placeres de la vida están muy bien pero todas esas comidas de dos horas con una o dos botellas de vino y la falta generalizada de deseo para hacer lo que hace falta para competir y ganar es la razón por la que todas las grandes empresas de Internet están en EE.UU. Esas startups europeas que consiguen superar las barreras culturales y de impuestos y tienen éxito, acaban siendo engullidas por empresas norteamericanas. Es el caso de Skype (comprada por ebay) o de MySQL (comprada por Sun)."

"Las comidas de dos horas están muy bien. Pero cuando tienes a tus inversores pendientes de tu trabajo y a tus empleados esperando un sueldo, hay cosas más importantes que hacer. Quizás esto explica por qué muchos de los emprendedores europeos de éxito tienden a mudarse al Silicon Valley, donde les rodea gente que piensa como ellos".

"Trabajar 40 horas a la semana es un trabajo de tiempo parcial. Hay que empezar por las 60".

Por cierto, Ouriel Ohayon, el editor de Techcrunch Francia se ha alineado, sin embargo, con Loic Le Meur. Probablemente lo de casa tira mucho… ¡Ah! Me encantan los debates que se montan en torno a Le Web. Hace dos años fueron los británicos quejándose de la intervención, en francés, de Sarkozy. Y este año es la batalla con los norteamericanos. Como espectador, estas batallitas me apasionan.