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Las lecciones de la revuelta de los usuarios de Digg

Las revoluciones 2.0 no transcurren en la calle sino en blogs y herramientas tipo Menéame. Como la que ha vivido esta semana Digg, el líder mundial en agregadores sociales de contenidos o como quiera que se llamen. Sus usuarios se han rebelado, hasta el punto de tomar la página y obligar a sus gestores a cambiar hacia una política menos comercial. Hay mucho que aprender de lo que ha pasado y que es extensible a todo, empezando por la política, como bien experimentó el PP de Rajoy el 13 de marzo de 2004.

  

Expliquemos primero lo que ha ocurrido. Un hacker obtuvo el código secreto utilizado por los reproductores de discos HDDVD (un nuevo formato que permite introducir limitaciones de copyright en los discos), con lo que ahora es posible piratear las películas pese a las protecciones. Este código es una sucesión de cifras y letras que se ha extendido como la pólvora por Internet, pese a las amenazas de las sgaes de turno.

En EE.UU., Digg recogió varios artículos con este código y, tras recibir algunos "avisos" de empresas y organizaciones de derechos de autor, sus responsables decidieron borrarlos. Como la cosa seguía, Digg decidió suspender también a los usuarios que incluyeran estas noticias. Todo ello sin explicar nada, claro está. Y los usuarios acabaron irritados y organizaron una revuelta contra Digg llenando su portada de artículos con el código ‘secreto’. Al final, Digg ha decidido retroceder y admitir su error.

Lecciones:
– Digg y toda la economía que se está construyendo en torno a la Web 2.0 (desde Fon hasta empresas de comercio electrónico y medios de comunicación) dependen de los usuarios. No se puede crear algo a partir de los usuarios y al día siguiente pasar de ellos. Esta lección la tuvo que aprender también a la fuerza Loic Le Meur tras LeWeb3, donde hubo una revuelta masiva de usuarios críticos con la intervención de Sarkozy. Los medios de comunicación van a sufrir mucho, porque a esto sí que no están acostumbrados. Por mucho que construyan webs 2.0 y periódicos ciudadanos, si no cambian el chip sólo van a conseguir mayor descrédito. También los políticos deben tomar buena nota, pues suelen tender más a controlar que a ceder a protagonismo a sus votantes/seguidores. Como erroneamente han hecho los responsables de la campaña de Obama en MySpace.

– La masa es inteligente cuando se junta y actúa colectivamente, mucho más que unos pocos directivos de una empresa, por muy 2.0 que sea. A esto los americanos lo llaman ‘crowdsourcing’ y está en el origen de toda la Web 2.0 (y también de la Bolsa, por cierto). Esto siempre ha sido así, aunque hasta hace poco tiempo lo que no había eran herramientas para gestionar esta inteligencia colectiva. La Web 2.0 es precisamente eso: blogs, redes sociales y otros artilugios que permiten saber con mayor certeza que opina la mayoría de la gente. Incluso, en algunos casos, ya nos permiten actuar, aunque a esto último todavía le faltan dos o tres años. Si las organizaciones no aprovechan estas herramientas para "escuchar", no se van a enterar de nada.

– Hay determinados temas que generan la ira colectiva con una extremada facilidad. Uno de ellos, probablemente el que más, son las caducas protecciones de los derechos de autor. Y esto en España es especialmente evidente. Por eso, preveo grandes revueltas en la Red de aquí a un par de años. Las próximas elecciones generales en España van a ser especialmente interesante. Si no aparece un partido que defienda una reforma (o la supresión total) de la Sgae, van a ser los propios internautas los que lo van a terminar forzando. El gran tema que monopolizaba la política española, el del terrorismo de ETA, está dan sus últimos coletazos y urge que los políticos empiecen a hablar de lo que realmente nos preocupa a los ciudadanos. Si no lo hacen, les vamos a forzar a que lo hagan.

– La transparencia en la Empresa 2.0 (y en la Política 2.0) es fundamental. Una de las cosas que peor sentó a los usuarios de Digg es que les ocultaran lo que estaba realmente sucediendo. Algo parecido ocurrió en LeWeb3. Por no hablar del 11M, cuando los ciudadanos protestaron (votando contra el PP) no tanto por el atentado por la participación española en la Guerra de Irak, como por el hecho de que se les hubiera ocultado lo que realmente estaba ocurriendo. Internet ha permitido incrementar de forma considerable la transparencia de empresas e instituciones, pero todavía hace falta que muchos mandatarios evolucionen y hablen de cómo funcionan las grandes decisiones mundiales. Nos sorprenderíamos de lo poco participativas que son. Y la democracia no va a hacer sino ganar, una vez más.