Creo que Alfresco es una de las mejores aplicaciones colaborativas que existen en software libre. Nació como un software de gestión documental pero ha extendido sus posibilidades a la publicación de webs corporativas y a las intranets en general, aportando sistemas para crear y administrar blogs, wikis y mashups. Pero le falta un componente: la red social.

Una de las fortalezas de Alfresco, que no hay que olvidar que ha sido desarrollado por los fundadores de Documentum con la intención de popularizar la gestión documental más allá de los documentalistas, es su gestor de usuarios. Cada documento va vinculado a un proceso (workflow) de publicación en el que se implican diversos perfiles de personas. Unos escriben, otros supervisan, otros editan y otros le dan el visto final. En esto, Alfresco supera ampliamente a Google Docs, por el momento.

Este pasado verano Alfresco incorporó múltiples aplicaciones y detalles de usabilidad y diseño habituales en la Web 2.0. Desde el Ajax hasta la integración de contenidos de otras webs vía RSS o APIs mediante widgets. Incluso se ha creado una agenda colectiva, un paso fundamental hacia la conversión de este producto en una auténtica aplicación colaborativa.

Pero a Alfresco le faltan todavía las herramientas de comunicación y de red social. La herramienta es capaz de gestionar documentación de múltiples maneras, pero no de unir a las personas al margen del resultado de su trabajo. Antes de desarrollar nada, los responsables de Alfresco están tratando de unir su aplicación con otras que sí permiten gestionar redes sociales.

Y una de ellas, la que probablemente resulta más interesante es Facebook. Para ello han desarrollado un widget (un programita) que cualquier usuario de Facebook se puede instalar rápidamente para compartir desde la red social sus documentos con clientes, proveedores o incluso compañeros de trabajo. Personalmente, estoy convencido de que la suma de Alfresco + Facebook puede dar muchas sorpresas en el mundo del software.