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Qué debe tener una web 2.0

En los próximos días se va a hablar mucho de Web 2.0, ya que vienen dos de los principales gurús del tema. Así que me he parado un momento a apuntar las características comunes de todos los servicios 2.0. Seguro que me he dejado alguna, así que los comentarios están abiertos para cualquier retoque y/o aportación.

1. Una web 2.0 debe incluir, al menos, uno de los siguientes servicios: blog, red social, wiki y, en general, todos los sistemas de compartición de contenidos. Los productos más populares reúnen un poco de todo. Así, YouTube, Flickr o MySpace son mezclas de blog y red social. Menéame y Microsiervos, por su parte, tienen importantes comunidades por detrás. Los wikis, por el momento, son un tanto más formales y por eso no tienen tanta audiencia, con la excepción de la Wikipedia que reúne componentes de red social y wiki.
2. Una web 2.0 debe emplear (o al menos se recomienda que lo haga) tecnologías tipo XML (como el RSS) y Ajax. Este capítulo es probablemente el más discutible porque la tecnología no debería servir para marcar una categoría de webs. En cualquier caso, la principal virtud de estas tecnologías es que simplifican el uso de Internet, permitiendo hacer cosas que hasta ahora eran muy complejas. El Ajax es, por ejemplo, la clave de las webs que aspiran a reemplazar a los programas de Microsoft Office y a algunas aplicaciones de gestión empresarial. Pero en realidad, el Ajax puede aplicarse al formulario de cualquier web, aunque sea 1.0. Sucede lo mismo con el XML, que facilita mucho la compartición de contenidos pero que también puede emplearse en cualquier página. Por cierto, una web 2.0 no tiene por qué estar hecha con software libre, aunque suele ser habitual.
3. Una web 2.0 debe recurrir al marketing viral para promocionarse. En mi opinión, es el gran cambio de la Web 2.0 y una de las razones de su éxito. La promoción de una web 2.0 deben hacerla los propios usuarios, siguiendo especialmente el modelo de Gmail y YouTube. El primero ha sabido convertir su servicio en un privilegio que se quiere compartir y el segundo acertó a la hora de transformar a todos los bloggers en prescriptores de su servicio.
4. Una web 2.0 debe permitir que el usuario actúe y no sea un simple visitante pasivo. El usuario es el rey y debe poder incluir su propio contenido (si es un blog o wiki), compartirlo (caso de cualquier red social) y llevarse algo a cambio de eso, al mejor estilo Google AdSense o karma de Menéame. Esto último es una de los grandes olvidos de muchas webs 2.0.
5. Una web 2.0 debe ser sencilla (preferentemente con fondo blanco) y no debe requerir que el usuario se descargue un software. Y es que virus y demás parásitos informáticos han terminado con la afición por instalar cosas en los ordenadores. El futuro consiste en tener siempre abierto el navegador y ejecutarlo todo desde ahí, sin necesidad de tener abiertos otros programas. Esto creará pronto, por cierto, grandes oportunidades para fabricantes de hardware sencillo y barato que disponga de wi-fi, disco duro y un navegador, pero poco más. Es algo que ya anticiparon Sun e IBM a finales de los noventa, pero que ha tardado mucho en hacerse realidad.
6. Una web 2.0 debe estar en beta. Esto en el fondo es una tontería pero que tiene un mensaje implícito bastante colaborativo: yo como desarrollador te ofrezco a ti, usuario, el privilegio de usar mi web antes incluso de que esté funcionando de verdad. A cambio, tú, usuario, debes contarme lo que no te gusta y no enfadarte si ves demasiados fallos. ¡Ah!, lo más importante, mi web 2.0 no da dinero. Esto último es, por cierto, lo que más quebraderos de cabeza va a traer.
7. Una web 2.0 debe tener un nombre corto y simpático. No es cuestión de pagar grandes sumas de dinero por dominios simplones, como sucedió durante la burbuja, sino de buscar algo original y fácil de recordar. Siglas y letras como ‘r’ (Flickr), ‘my’ (MySpace y MyStrands), ‘you’ (YouTube) simbolizan esa complicidad con el usuario. En otros casos, como del.icio.us o Bilbao.bi, se buscan matrículas originales. La cuestión es dar al dominio una importancia relativa. Al fin y al cabo, el que manda es Google, que sólo quiere que te enlacen, te llames como te llames.