Se ha escrito mucho estos días sobre Cink, un proyecto que se dedica a las relaciones públicas en Internet y especialmente en la Web 2.0. Es algo que mucha gente hace, empezando por los partidos políticos, pero que nadie había ofrecido de una forma tan directa y transparente. De ahí ha podido venir parte de la polémica que ha generado la aparición de esta empresa.
Cuando ves su oferta por primera vez, te sorprende. Aunque las cosas han cambiado bastante, seguimos teniendo una concepción idealista de la Web 2.0 como una especie de paraíso en el que todos tenemos las mismas oportunidades para expresarnos. Esto hace que meter el dinero de por medio pueda sonar a "unos van a tener más posibilidades, porque tienen más recursos". Es decir, que se desvirtúa la supuesta igualdad de la Web 2.0.
Yo tiendo a ser muy pragmático. Creo que el idealismo sólo puede funcionar en unas circunstancias muy concretas. Por ejemplo, cuando el número de internautas es bajo y se reduce a personas con unas determinadas inquietudes intelectuales. Es lo que ocurría en los famosos newsgroups, auténticos predecesores de las redes sociales, antes de que se masificaran.
En el mundo real, los relaciones públicas intervienen. Por eso todas las empresas medianas y pequeñas tienen jefes de prensa y últimamente también de medios sociales. Por ejemplo, Ícaro Moyano, que lleva la comunicación de Tuenti, creo que dedica casi tanto tiempo a los bloggers como a los periodistas convencionales. Esto lo hemos asumido como algo correcto. Básicamente, porque aportan cosas positivas: nos ayudan a discriminar dentro de la marabunta de información y datos que circulan por Internet.
Lo que ofrece Cink no es más que eso: relaciones públicas. Pero con una oferta muy asequible para aquellas empresas que no tienen la capacidad de disponer de una persona dedicada íntegramente a ello. En ese sentido, creo que han acertado plenamente. Otra cosa es que exista realmente negocio. Tengo ciertas dudas.
Vender un usuario twitter o uno en Facebook a un friki es fácil, pero éste no es el cliente ideal. Sí lo es un gran banco, pero éste no busca una oferta asequible sino una de calidad. Por eso, el nicho de empresas pequeñas y medianas me cuesta verlo. Y por la misma razón creo que Cink irá finalmente hacia la gran cuenta y las organizaciones políticas. Y ahí se va a encontrar con las grandes agencias de comunicación, que van a tratar de engullirles o de comprarles. Mi recomendación es que busquen una diferenciación por la vía de la tecnología.
Nota: Tengo una muy buena relación con Roc Fagés, Marc Vidal y César Calderón, tres de los impulsores de Cink.
Pragmática pero objetiva tu opinión, y no dudo tuvieras una muy parecida aun no teniendo alguna relación con los involucrados. Parte del reclamo de muchos es «¿cómo van a tomar medios gratuitos para sacar provecho!?», pues… vaya, cuantos no han comercializado con servicios gratuitos y lo seguirán haciendo. Y antes de que alguien diga «es que eso no es lo correcto»… mmmm, pues me apunto tu frase: «seguimos teniendo una concepción idealista de la Web 2.0 como una especie de paraíso»… y para nada lo es, ejemplos sobran.
De todas formas, su posición es difícil: tienen que mantener el equilibrio entre pragmatismo e idealismo para que el negocio funcione.
Me parece un negocio interesantísimo que durará 3 años, pero que si se mueven bien comercialmente se van a forrar…. buena idea.