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Mobuzz quiere "rentabilizar" su comunidad

Mobuzz es el tema de conversación de toda la blogosfera. Su iniciativa de pedir donativos para mantener su proyecto ha causado una cierta controversia, pero no deja de ser un intento de rentabilizar una comunidad de una forma muy peculiar. Se trata, en suma, de un nuevo modelo de negocio.

  

Conseguir 120.000 euros en una semana es una tarea ardua, pero factible. Bastaría con que el ruido fuera tan grande que a última hora pudiera surgir una mano amiga dispuesta a poner la cantidad restante a cambio de una parte del pastel mediático-blogosférico. A estas horas su termómetro dice que han llegado al 13% de lo que requieren, lo que no está nada mal.

Sea como fuere, captar pequeñas donaciones por valor de 20.000 euros, que es lo que aparentemente han conseguido hasta ahora, es meritorio. Y demuestra que la comunidad de Mobuzz, tanto de inter-videntes (que según Juan Varela no son los dos millones que dice Anil de Mello), como de simpatizantes, es consistente. Y esto último tiene un valor enorme, porque demuestra que los usuarios pueden cambiar incluso los modelos de negocio de las empresas. Es utópico, pero si lo consiguen, puede ser una auténtica revolución.

Es precisamente esta constatación la que me llevó inicialmente a pensar que todo era una campaña de marketing viral. Mobuzz viene de Mobile y Buzz y éste último término es precisamente "ruido" en inglés. La urgencia y la escenografía, con un termómetro y unos iconos para pegar en tu blog, completaban esa primera impresión. Después, unas cuantas personas cercanas al proyecto me aclararon que realmente Mobuzz tiene problemas económicos. Como dice Javier Capitán, se trata de "marketing vital".

Y no he sido el único en pensar así. Hoy mismo, Techcrunch lo deja caer en un post en el que habla de "mendigar". También me parece interesante el artículo de Marek Fodor, que admira al relaciones públicas de Mobuzz y propone que las donaciones vayan destinadas a los empleados para que ellos mismos decidan si las invierten en la empresa. Y para hacerse una foto completa del caso recomiendo finalmente un post de Jaime Estévez, que gestiona una empresa dedicada a producir vídeos y sabe lo costoso que es mantener una estructura de ese tipo. Su consejo: recortar gastos al máximo.