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Algunos apuntes sobre el comercio electrónico en España

Aunque no es mi especialidad, los que tenemos blog nos creemos a veces con capacidad de hablar de cualquier cosa. Es lo que hice esta semana en Asturias en el Encuentro Nacional de Internautas en la mesa redonda sobre comercio electrónico. Hice un recorrido de las diversas barreras que históricamente se han apuntado contra este tipo de ventas, de la errática política institucional y del optimismo que engendran las redes sociales sobre este sector, que pese a la crisis creció un 11% en 2009.

Estas son las barreras:
– Inicialmente se dijo que había un problema de seguridad. El tiempo ha demostrado que se trata de una barrera meramente psicológica, sin efectos reales. El que corre el verdadero riesgo es el vendedor, no el cliente.
– La falta de ventajas sobre el comercio tradicional o, dicho de otra forma, ¿por qué voy a comprar en Internet si lo puedo hacer en la calle? El tiempo también ha tumbado este argumento. Los comparadores de precios y la eliminación de ciertos intermediarios nos han permitido reducir los costes de ciertos productos cuando se compran por la Red. Véase lo que está ocurriendo con Marsans, incapaz de competir con la venta de billetes online.
– En España no nos creíamos capaces de crear buenas tiendas online. Nos faltaban referencias en las que mirarnos. De hecho, siempre se ponía un ejemplo tan absurdo como Barrabés y la empresa que más vendía en Internet ha sido durante mucho tiempo El Corte Inglés. Afortunadamente, esto ha cambiado y hoy tenemos referencias tan buenas como BuyVip y Privalia.
– Hay una barrera cultural en los países mediterráneos que hace que nos guste menos comprar en Internet. Esto creo que también es falso. En su día también nos contaban que los centros comerciales no iban a funcionar en España y ha sido más bien al revés. Es cierto que todavía hay una barrera generacional, pero poco a poco irá desapareciendo. El único efecto que ha tenido esta supuesta barrera cultural es que la Administración pública nunca ha creído realmente en el comercio electrónico y sigue apoyando a las tiendas de toda la vida.
– Nuestro estilo chapucero de hacer las cosas desanima a los compradores. Esto sí que es una barrera real: envíos que no llegan, retrasos, pedidos que se entregan al vecino, webs que no ofrecen una imagen real del producto, comerciantes avaros que sólo buscan el corto plazo, etc. Es aquí donde más hay que trabajar para mejorar el comercio electrónico en España. En caso contrario, los usuarios españoles comprarán cada día más en tiendas del extranjero.
– Faltaba la socialización, fundamental para mejorar la experiencia de usuario de los consumidores online. Dicho de otra forma, a la gente le gusta comprar con otros, comentar lo que está haciendo, pedir opiniones, mostrar lo que se lleva, etc. Y es aquí donde las redes sociales están jugando un papel tremendo, lo que explica el importante incremento que se está produciendo en el consumo de productos por Internet en España. El comercio electrónico necesita a las redes sociales y viceversa.