Nos empezamos a llenar de nuevos vocablos anglosajones que tratan de reflejar las posibilidades del trabajo colaborativo para cambiar el funcionamiento de las empresas. Uno de los que se más se ven últimamente es ‘crowdsourcing’, referido al uso de las muchedumbres (crowd) de internautas para mejorar nuestros productos, evitando muchas veces tener que contratar más gente. Al mezclar el trabajo y opiniones de muchas personas, se obtienen más resultados y de mayor calidad. Dos casos son especialmente significativos: la Wikipedia y Linux.

Pero hoy he visto un nuevo concepto: el outsourcing personal, que es más o menos lo mismo pero visto desde otra perspectiva. Se trata de que los empleados de una organización recurran a personas externas para resolver problemas internos, una tendencia que según muchos gurús iremos viendo cada vez más en las empresas. Don Tapscott, por ejemplo, le ha dedicado un libro entero a este tema: "Wikinomics" (por cierto, escasamente recomendable).