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El arte de la dinamización de una comunidad virtual

Ultimamente estoy recibiendo muchas peticiones de dinamización de comunidades virtuales, algo lógico porque mucha gente ha creado redes sociales con toda la ilusión del mundo y luego se llena de frustración al ver que no las utilizan más que él y sus amigos. El otro día estuve preparando una consultoría de este tipo con un cliente y voy a tratar de compartir los puntos esenciales a los que llegamos.

Punto de partida: se trata de una comunidad virtual profesional de acceso restringido con unos pocos cientos de usuarios y el cliente quiere incrementar tanto el número de personas registradas como la participación de los mismos.
Son dos objetivos parcialmente incompatibles, así que conviene analizarlos de manera individual:
1. Incrementar el número de usuarios registrados. Esto pasa por estar presente en todos aquellos sitios donde estén las personas a las que se quiere llegar y en generar una percepción general de que esta comunidad es un sitio en el que «conviene» estar o, todavía mejor, «en el que hay que estar». El ejemplo ideal es Tuenti, una web en la que todo adolescente «tiene que estar» si quiere tener vida social.
2. Incrementar la participación de los usuarios. Para esto es fundamental que el usuario obtenga un valor de su participación activa y, en cualquier caso, hay que ser conscientes de que la campana de Gauss nos indica que sólo una minoría (el 10% según Nielsen) de los usuarios hacen algo más que mirar. Este valor puede ser material o inmaterial, siendo este último el que genera vínculos mucho más fuertes y participaciones más activas. Las ventajas materiales no tienen por qué ser económicas, sino que pueden ser también de prestigio (por ejemplo, mejorando la visibilidad del curriculum profesional, a través de Linkedin). Las ventajas inmateriales son las que llevan a las personas a sentir una vinculación emocional con el grupo de personas al que pertenecen. Los partidos políticos y las organizaciones deportivas son las que mejor han obtenido este objetivo, pero también los clubes sociales de elite.
Algunos consejos que les transmití:
– Hay que dar a conocer la comunidad al máximo, estando en todos los sitios que tengan relación con la misma.
– Hay que dar la máxima visibilidad posible a los miembros de la comunidad y especialmente a los que participan activamente. Debemos destacarlos y reconocer sus aportaciones.
– Al ser una comunidad profesional también debemos destacar de alguna forma a las empresas en las que trabajan. Este es un olvido muy típico y, desde un punto de vista comercial, es un gran error.
– Para que la gente colabore y participe, es fundamental que se den tres circunstancias: confianza entre las personas, conocimiento de lo que hacen los otros y conocimiento de las necesidades que tienen los demás para poder ofrecer su satisfacción. La comunicación está en el centro de todo ello y, por eso, Internet es una herramienta fundamental, pero no la única. La confianza, por ejemplo, requiere de cierto contacto físico.
– Es un trabajo a largo plazo. El sentimiento de pertenencia a un grupo de personas sólo se consigue a lo largo del tiempo, tras una relación larga.