Ayer en un curso de social media para periodistas les conté que hemos llegado al fin de la moda del community manager y que este tipo de trabajo va a ir desapareciendo. Evidentemente, en este tipo de afirmaciones siempre hay algo de provocación, pero en el fondo estoy convencido de que las cosas han cambiado y mucho y que muchas marcas van a dejar de invertir dinero para animar páginas de Facebook y demás gaitas.
¿Por qué? Simple y llanamente, porque no compensa. Por mucho que se utilicen becarios, la inversión es excesiva para lo poco que se consigue. Y es que Facebook cada día trata peor a las páginas de marcas y Twitter está entrando en la misma tónica. Por una parte, porque así venden más publicidad y, por otra, porque lo cierto es que los contenidos que publican las compañías en las redes sociales son, salvo contadas excepciones, aburridísimos.
Ten en cuenta que una marca lo tiene muy difícil para competir con lo que dicen tus amigos o tu familia en tu muro de Facebook. Tiene todas las de perder. Por eso cada día hay menos interacción de los fans con las páginas que siguen y, como consecuencia de esto mismo, el algoritmo de esta red social no deja de poner más y más abajo los contenidos que escriben los community managers.
¿Qué opciones les quedan a las marcas para que se las siga viendo en Facebook? Solo veo tres:
– Invertir en publicidad, que es lo más rápido y fácil. De ahí la enorme subida en Bolsa de Facebook y, en menor medida, Twitter.
– Invertir en contenidos mucho más segmentados, divertidos y atractivos que resulten, por tanto, mucho más compartibles y virables. Más blog y menos tweets.
– Invertir en actividades off-line, que generan mucha más fidelidad de los usuarios. Piensa en encuentros, congresos, seminarios o copas/tapas.
Siento decirlo mucho, pero las tres opciones son costosas. Ya no vale con contratar becarios que llenen las páginas de bodrios y de enlaces sin ningún interés. Para poner publicidad de manera eficiente hay que tener herramientas y gente especializada. Y para hacer contenidos de calidad que se viralicen hay que invertir en gente buena.
Esto es lo que les he dicho a los periodistas: especializaos, producid buenos contenidos, preferiblemente audiovisuales y, sobre todo, no olvidaos nunca de que todo lo hacéis para entusiasmar a los usuarios y conseguir que pinchen en «me gusta», que comenten y, sobre todo, que compartan lo que les contáis con sus amigos. Si seguís esta estrategia, no os faltará el trabajo.
Lo que van a sobrar son todos los community managers de pacotilla y las manadas de becarios contratadas para llenar perfiles de cualquier manera. Si esa es la estrategia de tu marca, mejor que cerréis la página de Facebook o la cuenta de Twitter. Estáis perdiendo el tiempo e incluso el dinero. Los algoritmos de las redes sociales se han hecho inteligentes y van a detectar que vuestro perfil es un bodrio y que vuestro community manager debería pensar en otro tipo de oficio. ¡Y ya era hora!