/¿Conviene aceptar a un desconocido como amigo en una red social?

¿Conviene aceptar a un desconocido como amigo en una red social?

Me ha sorprendido mucho la argumentación que da Martín Varsavksy para aceptar en Facebook como amigo a cualquier persona que se lo pida. El cree que ya ha llegado a un punto en el que no puede seguir las actualizaciones de todo el mundo y le da igual tener 400 contactos que 4.000.

  

No estoy en absoluto de acuerdo. Lo que Varsavsky entiende por amigo es en realidad un fan y Facebook ya tiene un sistema para eso. Lo que ha hecho no deja de ser un desprecio para todos los que sí somos realmente amigos suyos y que ahora formamos parte de una red social cuyo único límite es la población de la Tierra y en la que la relación ya no tiene ningún valor.

Yo entiendo su agobio cada vez que entra en Facebook y se encuentra con centenares de personas que le piden ser amigos suyos. Muchos tenemos listas de espera y a veces es difícil recorrerlas para saber quién es realmente amigo (o al menos, conocido) y quién no lo es. Por si fuera poco, mucha gente en Facebook pone fotos absurdas que no permiten identificarlos.

Pero su solución es nefasta. Si todos actuáramos así, terminaríamos con las redes sociales en dos días. Perderían su sentido. Si Varsavsky llegó a un punto en que tenía más amigos de los debidos, creo que tenía que haber reaccionado limitando el cupo. Si 400 son muchos, quizás tenga que ser más estricto a la hora de decidir qué puede considerar amigo en Facebook.

En mi caso, agrego a todo aquel que conozco y con el que no he tenido ningún roce. Es gente que más o menos sé quién es y por la que podría responder si alguien me preguntara por ellos. Y es que una de las funciones esenciales de toda red social debe ser conectarnos con gente con la que nos entendemos. Si aceptamos a cualquiera como amigo, estamos desperdiciando su valor como sistema de reputación.

Nota: no quiero personalizar este problema en Varsavsky y obviamente cada uno tiene derecho a hacer lo que le dé la gana. Tan sólo pretendo mostrar mi posición radicalmente opuesta. Además, hay más ilustres de la Red que actún de la misma manera, como mis amigos Loic Lemeur o Jeff Pulver, que hace mucho que llegaron a la mítica cifra de 5.000 amigos (el tope que permite Facebook).