Tras invertir medio millón de euros y no conseguir los resultados esperados, este año decidimos cerrar las herramientas de analítica de Alianzo. Se nos acababa el dinero y el producto, en las tres versiones que fuimos sucesivamente ideando, no se vendía al ritmo necesario.
Esas dos son las razones oficiales de la clausura. Pero hay más:
- El cansancio y la falta de motivación. Las motivaciones psicológicas suelen ser las más importantes. Un emprendedor necesita el mayor de los entusiasmos y un compromiso total y absoluto con el proyecto. Si le falta energía, cosa que ocurre evidentemente con el tiempo, todo es mucho más complicado. Llevábamos mucho tiempo tratando de sacar adelante estas herramientas. Demasiado.
- Una parte fundamental de nuestro trabajo dependía de la captura de datos de las redes sociales y otras plataformas. La mayor parte tenían APIs, que facilitaban la labor pero que cada día ponían más restricciones e incluso nos empezaban a obligar a pasar por caja. El panorama era incierto y estaba claro que las redes sociales no estaban a gusto con herramientas de analítica que no controlan. En muchos casos, no nos quedó otro remedio que «robar» los datos con técnicas que exigían un elevado mantenimiento técnico.
- El mundo no se termina con un proyecto. Alianzo tenía y tiene más proyectos. Si bien es cierto que hemos estado 7 años completamente embarcados en la analítica, teníamos diversos trabajos de consultoría, fundamentalmente de marketing online, y una web que da dinero con suscripciones. Hemos preferido centrarnos en la parte rentable.
- Habíamos hecho un trabajo tecnológico importante en analítica/big data y en inteligencia artificial, lo que exige mucho tiempo y dinero. Invertir en tecnología avanzada es muy caro y el pulmón que teníamos para soportarlo se estaba agotando. Hay que saber abandonar a tiempo.
- Desarrollar tecnología avanzada en nuestros lares es muy difícil si tienes competencia extranjera. En su momento, en los tiempos de Technorati, cuando empezamos a hacer pinitos con los rankings, estuvimos prácticamente solos, pero después empezaron a surgir proyectos de analítica por doquier. Algunos de ellos con pulmones financieros que mulplicaban ampliamente los nuestros. En una batalla contra startups tecnológicas de Silicon Valley tienes todas las de perder. ¡Lección aprendida!
- El mundo de las herramientas de analítica no ha prosperado todo lo que esperábamos cuando nos metimos en esta aventura. Las redes sociales se han transformado en máquinas de hacer dinero vía publicidad, con lo que el community manager se ha convertido más en un gestor de campañas que en uno de contenidos. En los últimos meses hemos sabido de varias absorciones, que suelen ser formas de camuflar un cierre. Favstar, que también hacía analítica en base a Twitter, cerró en junio. ¿Y qué decir de Klout, con el que competíamos en algunos aspectos? Lo de la escucha activa fue bonito mientras duró. Algo mejor les ha ido a las herramientas de gestión de las redes, como Sprout o Hootsuite. La primera ha salido a bolsa, aunque a una valoración que no llega ni a unicornio. Hootsuite, por su parte, puso el cartel de se vende hace varios meses, aunque no ha encontrado por ahora nadie dispuesto a comprar.
- En España hay poca cultura de pago por productos SaaS. En vista de que nuestros competidores nos apabullaban financieramente, decidimos sacar una herramienta exclusivamente para el mercado local. No solo es difícil que se pague sino que encima se valora por encima la tecnología extranjera. Por cierto, estaré eternamente agradecido a Laboral Kutxa por haber confiado en nosotros desde el principio.