Hoy en día me parece absurdo que haya televisiones públicas. Al menos, con el modelo que tenemos en España. Tiene sentido que existan canales en idiomas minoritarios y programas de tipo cultural y didáctico que resultan sumamente costosos para las privadas. Y ahora que parece que se impone el concepto de Open Data, deberíamos empezar a aislar el papel de las televisiones públicas en torno a lo que se podría denominar Open TV.

Me explico. Afortunadamente, se está empezando a imponer el criterio de que la Administración debe ser un prestador de infraestructuras, que después otros aprovechan para crear productos comerciales que compiten en el mercado libre. Con el tiempo, dejaremos de tener webs institucionales. Los gobiernos proveerán datos que empresas y particulares aprovecharán para unir a otra información y así prestar servicios, que vivirán de cuotas o de la publicidad. Es el futuro.
Las televisiones públicas deberían seguir el mismo camino. Primero empezar a ofrecer sus programas libremente, con copyleft u otros sistemas similares que permiten su uso libre por parte de canales privados tanto locales como de todo el mundo. Su fin último no es tanto captar audiencia y monetizarla como difundir cultura y educación al máximo posible posible de personas.
En una segunda fase, lo lógico sería que dejaran de emitir. Es decir, que dejara de haber televisiones públicas, que suponen importantes costes para las arcas públicas y causan constantes recelos entre las empresas privadas. Si realmente creemos en el Open Data, deberíamos ser conscientes de que el futuro también pasa por la Open TV.
(Actualización) Me acabo de enterar de que existe un grupo en Facebook denominado «El Monstruo de Mil Culos exige Dominio Público para el archivo de RTVE«. Es decir, que pide Open TV.