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Microsoft y las herramientas colaborativas

Pese a ser permanentemente vilipendiada desde los sectores más activos de la Red, Microsoft no deja de perder ‘punch’ en innovación tecnológica. Windows ha mejorado sustancialmente hasta alcanzar una envidiable estabilidad y Office sigue siendo superior a otras herramientas. Microsoft puede, incluso, presumir de herramientas colaborativas, empezando por el propio Outlook y por el Messenger y terminando con el próximo Microsoft Vision, centrado precisamente en la colaboración con otros usuarios.

Esta brillante innovación en una empresa que lleva liderando el mercado del software desde hace veinte años tiene mucho que ver con su propia organización interna. Pese a ser una compañía jerarquizada, Microsoft siempre ha dado cierta libertad a sus empleados y ha puesto a su disposición herramientas de colaboración impensables en otras compañías de su tamaño y, mucho menos, en las monopolísticas, que suelen tender a dormirse en los laureles.
La plataforma Channel 9 pone un blog a disposición de ciertos empleados que tienen “algo que contar” sobre lo que están desarrollando. La multinacional creada por Bill Gates llegó incluso a fichar a un blogger, Robert Scoble, para desarrollar las posibilidades de las bitácoras en el seno de la empresa.
Una de sus últimas iniciativas, que hace poco narraba Enrique Dans, ha sido pagar a editores externos para que cubran ciertas áreas temáticas que, por razones más publicitarias que de innovación, interesa desarrollar. Microsoft busca en EE.UU. “contributing editors” para escribir entre cinco y diez veces diarias en blogs sobre televisión, música, tecnología, moda o deportes. Parte de su labor, probablemente la más importante, será también el control de los comentarios de los usuarios. En total, 15 horas por semana.
Dans cree que la estrategia de Microsoft es mucho más amplia: “En no mucho tiempo, su software será producido por comunidades difusas de desarrolladores que colaboran en entornos de trabajo dispersos y abiertos, incluso con tipos de licencia interesantes, y empezaremos a hablar de otro tipo de empresas de software, de otro tipo de panorama, de otro tipo de competencia”.Una anécdota. Dans repetía esta misma teoría en una comida en la que compartía mesa con nosotros un alto directivo de Microsoft. El hombre en cuestión asintió, por supuesto que off the record.