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¿A los empleados realmente les importa que sus empresas sean 2.0?

A raíz de un artículo de Carlos Blanco en el que explica las dificultades que está teniendo para retener a su plantilla, he hecho una serie de reflexiones sobre la Empresa 2.0 y su percepción entre los trabajadores. Lamentablemente, creo que en España la Empresa 2.0 es sólo cosa de algunos (pocos) emprendedores y directivos sin que los empleados se sientan realmente motivados por este concepto.

Cuenta Carlos Blanco que en su empresa hay muchas ventajas de todo tipo y, sobre todo, flexibilidad laboral, tanto en horarios como en cargos. El simple hecho de que él bloguee todo lo que hace su compañía e incluso este tipo de cuestiones muestran que la transparencia es una realidad en su organización. Y sin embargo, los empleados no parecen estar tan motivados por esta mayor horizontalidad y participación y se rigen básicamente por el dinero.

Por supuesto que todo esto lo digo con mil matices. Ni todo el mundo responde de esa forma ni las reflexiones de Blanco y de todos los emprendedores que se han animado a participar en el rico debate son tan tajantes. Las he concentrado para que se puedan interpretar rápidamente y para tratar de llegar a conclusiones simplificadas.

Básicamente, que la Empresa 2.0 no puede limitarse a un conjunto de herramientas y de conceptos más o menos asumidos por la gerencia. Si los trabajadores de las organizaciones y su entorno más próximo (proveedores y clientes más entusiastas) no sintonizan con esta mayor apertura y transparencia, la Empresa 2.0 va a fracasar. Y mucho me temo que en España, como suele repetir Varsavsky, tenemos una cultura ciertamente negativa, basada en barreras artificiales entre empresarios que sólo quieren ganar dinero y empleados que sólo piensan en que les suban el sueldo. Así nos va, por cierto…

Y para terminar, hagamos un análisis interno para ver si nuestra organización ha asumido los conceptos de la Empresa 2.0 (extiendo esto a la Administración 2.0 que tan bien tratan Iñaki y Alberto en el blog de Administraciones en red):

1. ¿Es nuestra empresa transparente? Es decir, ¿comunicamos y transmitimos los procesos de decisión dentro de la organización y externamente?
2. ¿Es nuestra organización participativa? Es decir, ¿escuchamos lo que empleados, clientes y proveedores nos comentan?
3. ¿Es nuestra empresa abierta? Es decir, ¿tenemos en cuenta las aportaciones internas y externas a la hora de concebir y desarrollar productos y servicios?

La transparencia es un primer paso que, unido a la participación, desemboca en organizaciones abiertas y horizontales. El blog no deja de ser una herramienta inicial. No es el paradigma, pero sí es un primer paso que bien aplicado puede desembocar en auténticas Empresas 2.0. El reto radica precisamente en que muchos empleados están dispuestos a leer el blog de sus jefes pero no tanto a generar ellos mismos un blog o a participar con comentarios. Y mucho me temo que muchas experiencias de Empresa 2.0 sólo tienen en cuenta las herramientas y obvian los procesos de dinamización que deben realizarse en paralelo para conseguir la máxima implicación de todas las personas y no sólo de la gerencia.