Business Week trae esta semana un interesantísimo reportaje que, bajo el título «El Poder de Nosotros» (The Power of Us), analiza fenómenos como Google, Skype, Bit Torrent, Linux y los blogs para concluir que todos ellos demuestran que la colaboración entre internautas está produciendo una auténtica revolución en el mundo de los negocios. «Los casi 1.000 millones de internautas -y sus conocimientos, contactos sociales, reputación online y poder de computación compartidos- están convirtiéndose en una fuerza colectiva con un poder sin precedentes», explica el artículo.
A la hora de analizar los efectos económicos de este fenómeno, Business Week se fija en la posibilidad de que las empresas de gran consumo se abran a las contribuciones de sus empleados. «Esto debería ayudarles a crear productos y servicios mucho más rápido, con menor riesgo», explica. Y menciona a Lego, Eli Lilly o HP entre las empresas que ya utilizan a sus usuarios más entusiastas para prever el funcionamiento de sus nuevos productos.
En el artículo se cita incluso a algunos gurús, como Howard Rheingold, que creen que esto no es más que el pico de un gran iceberg que va a generar un nuevo sistema económico controlado por la gente y no tanto por las grandes corporaciones. Interesante también la cita de Yochai Benkler, que habla de «producción P2P» para referirse al software libre, las redes P2P, las opiniones de los compradores de Amazon. Curiosa también la referencia a la enciclopedia Wikipedia y a OhmyNews, un diario coreano que elaboran 36.000 «periodistas ciudadanos».
La moraleja del artículo es que las grandes empresas no van a desaparecer, sino que deben aprender a aprovecharse de esta nueva realidad. Una pista: realizar tests de mercado antes de lanzar un producto es hoy tan sencillo como contar con una red social de usuarios. El ahorro en I+D es obvio. Por si fuera poco, si el producto es atractivo, son estos mismos usuarios los que se lo van a contar a sus respectivos contactos, lo que supone también importantes reducciones de costes de marketing.
El artículo también deja claro que todo este conglomerado generado por la red no va a construir carreteras o edificios, no va a plantar frutas y cereales, y en resumidas cuentas, solo puede llegar a tocar una parte de nuestro sistema económico.