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La Web 2.0 aplicada a una empresa tradicional

Hoy he estado en San Sebastián hablando de marketing viral y blogs en la jornada Gipuzkoa Tecnológica que año tras año organiza la Cámara de Comercio. De lo que he escuchado, lo que más me ha gustado es lo que ha comentado Mikel Lizarralde, de Indubrik, una empresa dedicada a fabricar muebles y, desde hace un mes, también a venderlos por Internet.

Me ha sorprendido su elevado conocimiento de la Web 2.0. Nos ha hablado del blog que han montado, de su proyecto de hacer «betas» de sus muebles para venderlos por Internet e, incluso, del «Cluetrain Manifesto», ese libro que teoriza sobre el valor comercial de las conversaciones en la Red. Hasta ha mencionado el caso de Ikea y Microsiervos.
Personalmente, dudo que Indubrik u otra empresa pueda llegar a vender muchos muebles por Internet. Y lo hago por experiencia propia. Allá por 1999 se me ocurrió comprar un sofá por Viaplus y, cuando me lo trajeron, comprendí que hay ciertas cosas que no valen para el comercio electrónico.
Pero creo que Indubrik va a obtener réditos a su esfuerzo. Quizás no vendan mucho online, pero estoy seguro de que su marca se va a empezar a conocer mucho más. A mí por ejemplo, me está empezando a sonar. Y eso sin que hayan invertido un duro en publicidad.
Pero no sólo quería hablar de Indubrik. Inmediatamente después ha intervenido un representante de Ibermática, una de las consultoras informáticas más antiguas de España. Esta empresa vende servicios asociados a software de pago, los tradicionales mega-proyectos en los que lo menos importante es que su usuario realmente los vaya a emplear. Y hoy su representante ha hablado de «herramientas colaborativas». Básicamente, de Microsoft Sharepoint.
No es que la herramienta sea mala, pero me hace dudar una persona que para realzar su importancia utiliza frases del tipo:
– «Integración de presencia y comunicación en contexto entre usuarios»
– «Unificación del conocimiento corporativo»
– «Eliminar las islas de información existentes»
Por cierto, la herramienta de la que ha hablado se ha implementado en el Gobierno Vasco y ha costado una cifra con muchos ceros. ¿Realmente es muy distinta de un wiki? Me temo que no. Es más, creo que a Sharepoint y a otras herramientas colaborativas no se les saca todo el jugo posible porque están concebidas desde la jerarquía. El wiki, sin embargo, es mucho más colaborativo desde el momento en que nos pone a todos en situación de paridad.
Quizás a día de hoy todavía nos pueda imponer un gran nombre detrás de un software, porque no hay muchos casos de éxito con wikis. Pero ¿qué va a ocurrir dentro de un par de años, cuando los wikis sean moneda común? Mucho me temo que algunas grandes consultoras lo pasarán muy mal. La consultoría de software se va a parecer pronto a la artesanía. Lo que realmente aportará valor añadido (y ya lo hace, pero se nota menos) es la parte social que debe acompañar a todo programa informático, el conseguir que sus usuarios realmente lo utilicen.