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Innovación y Web 2.0

Hay dos palabras de moda hoy en día en la empresa: innovación y Web 2.0. La primera se usa más en ámbitos institucionales, como si fuera una especie de clavo al que deben agarrarse todas las empresas que quieran sobrevivir a la globalización, y la segunda tiene especial predicamente en el ámbito tecnológico. Curiosamente, en los dos casos hablamos de lo mismo.Y lo digo tras haber digerido el denominado «Plan vasco de competitividad empresarial e innovación social 2006-2009«, un documento redactado por la consultora de turno pero que tiene un indudable interés. Veamos por qué:- El plan de innovación del País Vasco, que supongo que no diferirá mucho del de otras comunidades y regiones del mundo, habla de un nuevo modelo formativo que debe potenciar la creatividad y el emprendimiento. ¿No es esto lo mismo que promueve la Web 2.0?- El plan de innovación habla de organizaciones que «deben adaptarse» para ser «transparentes, flexibles y que favorezcan una mayor participación de las personas». ¿No es esto lo que se suele definir como Empresa 2.0?- El plan habla de la necesidad de dar una dimensión social a la innovación. Es decir, de organizar socialmente «los flujos de conocimiento en el interior de la empresa y en las redes sociales de colaboración. Sin palabras… Y por si quedara alguna duda, habla de la necesidad de cooperar y trabajar en red.Creo que la relación entre Web 2.0 e innovación es total. Y esto tiene una explicación: la innovación resulta fundamental para que las organizaciones compitan en función de su capacidad de generar conocimiento y transformarlo en productos y servicios de valor. Y las herramientas de la Web 2.0 resultan fundamentales para poder generar y, sobre todo, extender el conocimiento y aplicarlo en la práctica. Espero que poco a poco nos vayamos dando cuenta y se empiece a enfocar el apoyo a las empresas no tanto en que compren un ordenador como en que apliquen herramientas de este tipo.Y una frasecita para terminar: «Los nuevos competidores evolucionan y con el tiempo la ventaja competitiva basada en la eficiencia desaparece. Los productos y servicios tienden a convertirse en commodities, se compite por costes y los márgenes se reducen. La nueva etapa nos exige competir por diferenciación. Además de hacer las cosas bien es preciso ser ?innovador? (hacer cosas distintas o hacerlas de forma diferente), crear nuevos espacios competitivos».