El emprendedor de la Web 2.0 no es muy distinto del resto de emprendedores. He estado reflexionando un rato, aprovechando el calorcito que hace hoy, y se me han ocurrido una serie de características que le distinguen y que, desde luego, deben asumidas por todo aquel que aspire a montar un proyecto 2.0 y sacarlo adelante.

1. Es un fanático de su idea. Le van a dar palos por todas partes, le va a costar vender, las cosas no van a funcionar técnicamente tal y como el espera y, por si fuera poco, va a tener que soportar inconvenientes burocráticos de todo tipo. O es un fanático, lo que roza la locura, o se va a echar atrás a la primera de cambio. Realmente debe aspirar a desarrollarse personalmente a través de su proyecto. De otra manera, si se pone a calcular ingresos menos gastos, probablemente no le salgan las cuentas.
2. Es agarrado. No se puede sacar adelante un proyecto en Internet sin mirar la pela. El que diga lo contrario, o bien miente o bien no se ha dado cuenta de que en la Web 2.0 los ingresos son para mañana. En un proyecto 2.0 se está apostando por que las cosas sean de una determinada manera dentro de meses/años. No se puede esperar ganar dinero el primer año. Por eso hay que ser sumamente riguroso en el presupuesto. Eso sí, en una segunda fase, sí que debe estar abierto a gastar dinero para crecer.
3. Es optimista e inocente al mismo tiempo. La Web 2.0 tiene algo de religioso, de creer en unas ideas sin tener demasiadas pruebas de que realmente vaya a suceder así. O se tiene fe y se cree en lo que se está haciendo y, sobre todo, en lo que se puede aprender haciéndolo, o no hay manera. Obviamente, el emprendedor 2.0 es inocente, por esta misma razón. Si fuera frío y calculador, trabajaría por cuenta ajena.
4. Puede trabajar en medio del caos. Las cosas van poco a poco y una empresa 2.0 hay que hacerla desde la nada y encima con muy pocos recursos. Tendrá que barrer, hacer cuentas, hacer papeleos, vender, leer código y muchas cosas más. Muchas veces las horas no le darán para terminarlo todo. Debe ser organizado para poder aguantar esto, pero al mismo tiempo debe ser capaz de soportar cierto desorden, porque a todo no puede llegar.
5. Es colaborativo. El emprendedor 2.0 debe entender que nunca podrá hacerlo todo por sí mismo. Debe estar abierto a trabajar con otras empresas, con otros profesionales, incluso con su competencia. La Web 2.0 se hace a base de sumar cosas de unos y de otros, de colaborar, de aprovechar el esfuerzo de la masa (el crowdsourcing) para conseguir llegar más lejos.
6. Es ambicioso. Sin ambición y sin ganas no se puede uno superar día tras día. En los negocios de Internet, en general, hay que estar despierto día y noche. Hay millones de personas innovando y debemos ser los más rápidos para conseguir que nuestro proyecto sea el ganador. La velocidad es muy importante en la Web 2.0. La ambición suena mal en España, pero es muy importante para superarse día a día.
7. Es multicultural y mutimedia. La Web 2.0 es global. También ha dejado de ser exclusivamente textual para emplear todos los medios disponibles, y especialmente el vídeo. Un emprendedor 2.0 debe hablar inglés lo mejor posible y debe entender Internet como un nuevo medio en el que se puede comunicar de muchas maneras.
8. Es viral. En el sentido de que "utiliza" la fuerza del boca a boca para dar a conocer sus productos y servicios. No sólo por sus menores recursos sino también porque Google ha impuesto en Internet la necesidad de obtener enlaces para destacar. Y conseguir enlaces pasa por hacer que otros hablen de uno. Entender bien el marketing viral es básico para sacar adelante un proyecto 2.0.
9. (añadido el 27.07.07) Tiene una gran capacidad para aislarse del mundo. En la Web 2.0 hay demasiadas cosas que nos pueden distraer, demasiados proyectos que hacer, demasiados líos en los que meterse. Como en el Viejo Oeste, los exploradores debían buscar el oro en un único sitio. Si se dedicaban a excavar en todas las montañas, dividían sus esfuerzos. Por eso, el emprendedor 2.0 debe ser capaz de aislarse del mundo y concentrarse en su proyecto.
En cualquier caso, cada día estoy más convencido de que el futuro va a ser de los emprendedores 2.0 y que casi todos los seres humanos vamos a tener que serlo de una u otra manera. Hubo un tiempo en que innovar suponía estar años y años desarrollando un proyecto. Hoy, con Internet de por medio, esto ya no es así. Por tanto, innovar está al alcance de todo y va a ser poco a poco obligación de todos.