La Empresa 2.0 está mucho más relacionada con formas de hacer las cosas que con unas tecnologías concretas, pero probablemente por simplificar, se suele asociar a blogs, wikis y herramientas colaborativas. Estas aplicaciones se instalan habitualmente en una intranet a la que sólo pueden acceder los empleados de la compañía y se confía en que funcionen. Y rara vez lo hacen.

  

Uno de los principales problemas que ha padecido la informática en el mundo de la empresa es que las consultoras han vendido programas sin preocuparse muchas veces de que realmente luego fueran utilizados. Ha ocurrido lo mismo con muchas páginas web, que durante mucho tiempo se creaban sin que nadie se interesara realmente en las visitas que pudieran recibir.

La burbuja puntocom acabó en parte con este fenómeno: la gente se empezó a pensar dos y tres veces invertir en informática. Y pasamos a una época radicalmente opuesta en la que era (y sigue siendo) demostrar retornos en cualquier inversión (ROI), por muy intangible que sea.

Obviamente, esto plantea muchos problemas a la hora de "gastar" en tecnologías de Empresa 2.0, que no ofrecen rendimientos claros y cuantificables. Modificar los valores y la forma de trabajar de una empresa es un cambio necesario a largo plazo pero difícil de justificar a corto plazo.

Así que a la Empresa 2.0 le va a costar mucho penetrar en las grandes organizaciones, aunque sé que se están haciendo algunos experimentos de pequeño calibre, normalmente impulsados por algún que otro personaje avispado en el departamento de Recursos Humanos o por algún CEO con visión. Pero son excepcionales. Las empresas pequeñas lo tienen más fácil.

De ahí que muchos gurús digan que el futuro va a ser para las pequeñas entidades, que tendrán mucha más fuerza agrupadas en redes sociales. Sólo las organizaciones de menor tamaño van a saber introducir los conceptos de la Empresa 2.0 de forma global, con todas las ventajas que esto implica, que por ahora son muy difíciles de medir.

Sea como fuere, hay una forma de calcular si las herramientas 2.0 tienen utilidad en nuestras intranets. Basta con preguntar para qué se utilizan estas redes internas. Y creo que la mayor parte de las intranets no se usan para lo que la gente realmente cree que debieran.

Esta es una lista de las funciones de las intranets que se ha obtenido a partir de una encuesta realizada en Francia en 2006:
– Compartir información: 81%
– Mensajería interna: 75%
– CRM: 47%
– Gestión de proyectos: 42%
– Gestión del conocimiento: 36%
– Formación

Si luego miramos las intranets por dentro, descubrimos que lo de compartir información es sólo si viene de arriba (top-down), de la dirección. La información generada desde abajo no se suele compartir en las intranets. Pero una cosa tan simple como un blog o un wiki sí que permite hacerlo.

Quiero con esto decir que el gran problema de la informática es que muchas veces se aborda su integración con criterios exclusivamente financieros o técnicos. Se adoptan herramientas por moda o por supuestas estimaciones de ROI fundamentadas en tablas de cálculo. Sin embargo, la principal variable a tener en cuenta debería ser la humana. Tenemos que hacernos preguntas como: ¿Va a usar esto nuestra masa laboral?, ¿qué necesitan para mejorar su labor?, ¿cómo podemos fomentar la colaboración entre departamentos?, ¿qué podemos hacer para que haya más comunicación entre el personal?, etc.

Sin embargo, al integrar sistemas informáticos en la empresa es raro que haya alguien haciéndose estas preguntas. El proceso suele ser tal que así: un directivo ha oído hablar del CRM o del cojo-blog, el informático llama a sus comerciales de confianza, un comercial nos ofrece sus productos, nos convence y lo compramos. Al final, muchas veces compramos algo que luego nadie usa.

Por eso muchas veces las herramientas 2.0 se integran en una empresa casi por casualidad. Un grupo de técnicos instala un blog o un wiki y se pone a cacharrear. Con el tiempo la cosa crece y llega a oídos de la dirección que puede reaccionar de dos formas: prohibiéndolo (esto lo he vivido personalmente) o potenciándolo.