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Emprendedores 2.0 y Funcionarios -2.0

Siempre he oído todo tipo de chistes y burlas sobre los funcionarios, especialmente en mi entorno familiar, en el que el 100% son empresarios. Y siempre me preguntaba por qué. Es cierto que ser funcionario tiene tantas ventajas que no es precisamente lo más estimulante para los comodones. Pero también es verdad que hay muchos trabajadores de la Administración que realizan su labor con suma competencia y profesionalidad.

  

Mi percepción de algunos funcionarios está cambiando, sin embargo, desde que soy emprendedor. Para empezar, porque nos exigen un plus de burocracia (y de gasto) que anula el principio de igualdad de la Constitución. Si eres emprendedor o autónomo, estás obligado a presentar múltiples declaraciones de impuestos y seguridad social. También tienes que visitar periódicamente a un señor/señora que tiene el título de notario y que te cobra por estampar su firma en unos papeles. Por no hablar del Registro Mercantil.

La cosa no acaba ahí. Además de las obligaciones generales, hay un montón que surgen cada vez que das un paso y que exigen un nivel de conocimientos jurídicos para los que no vale con tener la carrera de derecho (que la tengo). Contratar a una persona es un cirio importante, pagarla todos los meses otro tanto. Y no te digo nada si tienes algún tipo de problema, que por simple estadística lo vas a acabar teniendo.

Después están tonterías como las marcas. Esto ha mejorado, porque ahora puedes solicitarlas por Internet, aunque las cosas no siempre funcionan como deben. Un servidor pidió hace un par de meses una marca y pinchó tres veces al botón. Así que ahora he recibido, por correo certificado, una carta de aceptación y otras dos de rechazo de la misma solicitud. He llamado inmediatamente al Registro de Marcas, donde me han informado de que tengo que enviarles un par de instancias (escritas) para pedir la cancelación de las dos rechazadas. ¡Viva la informática!

Y para terminar, no hay que olvidar el interesantísimo capítulo de las ayudas públicas, para las que siempre falta uno u otro papel. Para un emprendedor, lo importante muchas veces es el objetivo final, por lo que los medios suelen ser algo a lo que se presta poca atención. Sin embargo, para el funcionario el medio es casi el fin en sí mismo. Su objetivo es precisamente velar por que se cumpla el procedimiento administrativo.

Lo entiendo. Es lo que marca la ley. Y el funcionario está ahí precisamente para velar por que se cumpla. Pero la rigidez es tal que acaba convirtiendo el proceso de petición de ayudas en tan latoso que termina siendo más costoso que el dinero que se va a obtener. Y el funcionario termina convertido en una especie de frontón sobre el que lanzamos pelotas que no cesan de rebotar. Y me pregunto: con esta moda de la Web 2.0 ¿no podemos generar una Administración 2.0 mucho más flexible y fácil de entender? Seguro que Iñaki y Alberto están de acuerdo 😉