Suele pasar. Basta que una empresa se moleste excesivamente para que el contenido generado por los usuarios resalte. Es lo que ha pasado hoy con el artículo de la Wikipedia sobre Marina d’Or (sí, la urbanización que promocionaba Anne Igartiburu), después de que El País revelara que la empresa había mostrado su malestar con el texto.

Esto es lo que a mi juicio debe hacer una empresa o persona a la que no le gusta lo que la Wikipedia dice sobre élla:
– Darse de alta y ampliar la información, basándola en fuentes objetivas. No vale con decir "Esto es así" sino que hay que explicar de dónde procede la información ("Esto es así porque lo dice aquí"). Ampliar la información de Wikipedia con nuevos puntos de vista enriquece el producto final y siempre será bien visto.
– No borrar nunca nada. En caso de que haya datos incorrectos, aclarar que no están fundamentados. Los wikipedistas suelen estar muy atentos a esto último y siempre piden fuentes. Si la información incorrecta no está fundamentada, terminará desapareciendo.
– Abrir una discusión sobre el artículo. Pero esto se debe hacer como persona, nunca como empresa. En la Wikipedia (y en la Web 2.0 en general) están mal vistas las organizaciones, y especialmente las privadas con ánimo de lucro.
– Cuidadín con chillar o recurrir a los tribunales. La Web 2.0 descoloca a muchas entidades acostumbradas a la prepotencia (la Sgae es el caso más conocido). Si no están de acuerdo con lo que comentan los usuarios, deben debatir con ellos, pero sin desacreditarlos ni denunciarlos. Se trata de conversar y no de imponer. El que impone está muy mal visto y acaba siendo ridiculizado, normalmente vía Menéame o similares.