Prosper, un banco 2.0, tiene ya 480.000 usuarios registrados y ha gestionado préstamos por valor de 98 millones de dólares. Los números son impresionantes. Aún así, hasta hace poco tenía mis dudas de que pudiera funcionar un sistema que pone en contacto a particulares para que se presten dinero entre sí. Al menos, en España.
Digo hasta hace poco, porque hace dos semanas tuve la fortuna de escuchar a Francesc Blanch, presidente de la Cooperativa de Vinos de Capçanes, una pequeña localidad de Tarragona en la que casi todos los vecinos son dueños de la bodega. Y también del banco local, en el que depositan sus ahorros y al que pueden ir para solicitar un préstamo.
El modelo funciona en ámbitos en los que existe confianza, sea porque las personas se conocen o porque existe un ente común capaz de resolver disputas. Es la misma filosofía que inspira a eBay a la hora de intermediar en transacciones entre personas que no se conocen entre sí. ¿Por qué se fían? Por el sistema de recomendaciones generado y porque también eBay asegura ciertos pagos.
Y es un modelo que está empezando a arrancar de otras formas. Por ejemplo, a través de los sistemas de microcréditos de Grameen Bank en algunos países del tercer mundo. Pero sobre todo, en España, por la vía de las comunidades de autogestión financiera que están surgiendo en entornos pequeños, en redes sociales de un máximo de 40 personas. Al parecer ya hay 15 comunidades de este tipo en Barcelona y dos en Madrid. En España, además, se ha creado PartiZipa.com y sus creadores aseguran haber financiado dos proyectos de negocio por valor de 2,3 millones de euros con el dinero aportado por 30 inversores.
Además de Prosper y PartiZipa, hay ya otros bancos 2.0 en Internet:
– Boober (Holanda): tenía 1,3 millones euros en préstamos en junio 2007
– KIVA: tenía 7,9 millones de euros en préstamos en junio 2007
– Smava (Alemania): tenía 0,217 millones de euros en préstamos en junio 2007
– Zopa (Reino Unido): sin datos
Surgirán en redes sociales muy segmentadas y posicionadas entre los líderes.
¡Impresionante! Bajo mi criterio tienen mucho sentido en el mercado de los microcreditos, ya que son cantidades de bajo riesgo para quien presta (la tasa de morosidad es casi nula) y dada la baja cantidad economica, no tiene sentido ENSUCIAR el «prestigio digital» de quien lo recibe. Para mi SI que funcionará cada vez mas.