El e-mail es la herramienta más potente de los últimos tiempos. Hasta el punto de que se está utilizando para todo, incluidos los fines perversos que todos experimentamos día a día (sí, el spam). Se ha hecho imprescindible en muchos trabajos y está en la base de la transparencia, participación y colaboración que exigen la Empresa 2.0. Sin embargo, no todos lo ven así.
Valga esta circular de una empresa (real) para darnos cuenta de ello:
1. Está absolutamente prohibido instalar en cualquier ordenador o terminal existente en el centro de
trabajo cualquier tipo de programa o aplicación salvo que medie una autorización expresa y por escrito de la empresa.
2.Está terminantemente prohibido conectar en cualquier ordenador o terminal existente en el centro
de trabajo cualquier tipo de aparato o dispositivo salvo aquellos que cuenten con autorización expresa y
escrita de la empresa.
3. Está terminantemente prohibido el acceso a cualquier página web, cualquiera que sea su
contenido o materia, salvo que cuente con un consentimiento expreso y escrito de la empresa para el
acceso a una concreta página.
4. Está terminantemente prohibido cualquier manipulación en el ordenador o en cualquier terminal
existente en el centro de trabajo y MUY ESPECIALMENTE DESCONECTAR el denominado "router" salvo
que medie un permiso expreso y escrito de la empresa.
Se os recuerda, que dada la propiedad exclusiva de la empresa sobre los antedichos elementos la
empresa tiene instalados medios técnicos que permiten comprobar el uso que se está haciendo del PC, del
acceso a INTERNET y del E-MAIL, ásí como de los contenidos materiales de dichos usos.
Obviamente, es una empresa convencional en la que no quieren que nadie pierda el tiempo. Algo muy normal. Y comprensible. Pero dudo que así se puedan construir relaciones laborales basadas en la confianza y en la colaboración entre personas. Dudo que un empleado que recibe esto pueda sentirse libre para comentarle cualquier cosa a sus jefes.
Pero por otra parte, hay muchas empresas (la mayoría) en las que estos últimos valores no sirven para nada. Es muy difícil explicar a los miembros de una cadena de montaje de qué forma las herramientas colaborativas van a serles útiles en su día a día. En su caso tienen mucho más sentido las reuniones físicas en las que se comparten conocimientos, proyectos y problemas. Y eso también es Empresa 2.0.
Lo que no debemos hacer es obsesionarnos con las herramientas informáticas. Estas tienen sentido en algunos casos. Si se maneja el ordenador de forma constante, es muy posible que tenga más sentido ser abiertos en su uso, siempre que nadie se propase, claro está. Pero si no hay ordenador, los blogs, wikis y demás historias no tienen ningún sentido. Pero se puede hacer Empresa 2.0 al estilo Saratxaga, sin PC. La empresa 2.0 es una filosofía, no unas herramientas.
Por cierto, la circular anterior la envió una cadena de supermercados de Bilbao a todos sus empleados que tenían ordenador.
