Estaba leyendo esta mañana que el Gobierno británico pretende crear un fondo de 1.000 millones de libras para ayudar a las startups y me ha asaltado el interés al ver que 3i, que es la firma de capital-riesgo de referencia en Europa, nació precisamente de la crisis. Al parecer, la creó el Ejecutivo del Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial para animar la puesta en marcha de empresas innovadoras.
¿Tenemos algo así en España? Me temo que no. El capital-riesgo aquí sólo existe si es privado. El público está ligado a la Administración y es más burocrático que otra cosa. Las ayudas públicas que existen en España para I+D suponen rellenar tantos papeles y son tan complejas, que sólo están al alcance de las grandes compañías que tienen personas preparadas para cumplir con los trámites.