Yo estoy bastante harto de Facebook, su prepotencia y el desprecio hacia sus usuarios. Y no soy el único. Este jueves tuve la suerte de cenar en Madrid con Howard Rheingold, el auténtico precursor de las comunidades virtuales, y él me mostró también su profunda decepción con la red social. Es muy ilustrativo que la persona que puso en marcha la primera comunidad virtual de la historia, The Well, no se sienta cómodo en Facebook.
El cree que esta empresa está marcada por una tradición que tiene mucho más que ver con la ambición desmedida que con el cuidado de los miembros de las redes. Las personas que la gestionan no le inspiran ninguna confianza, lo que ha quedado patente con sus constantes cambios de la política de privacidad. Mucho me temo que Facebook ha acertado con la tecnología y con las técnicas de atracción y fidelización de los usuarios, pero le falta un plus para llegar más lejos. Quizás Google, que tiene otros valores, pueda cambiar las cosas si finalmente lanza su propia red social.
Por cierto, compartí también mesa y tapas con mis amigos Antonio Fumero y Peter Hirshberg (presidente de Technorati y ex director de Marketing de Apple) y con un nuevo amigo, Rafa Rubio, que se dedica a la muy noble actividad de la Política 2.0.
Yo me siento identificada con tu articulo. He sido insultada, amenazada, maltratada, etc. Pienso que el Facebook es para hacer amigos, no enemigos que ni siquiera conoces y te juzgan sin saber.
Gracias por tu articulo
Esperemos que la llegada de Diaspora acabe con Facebook y su jueguecito con los perfiles para fines comerciales. Ojala triunfe el El código Libre y la gente se de cuenta de sus beneficios.
Rescato parte de un tweet que lei hace un tiempo:
«facebook es donde los amigos se vuelven extraños…»