Menudo debate que ha abierto Eric Schmidt, director general de Google. A su juicio, la tecnología ha evolucionado tanto que hoy en día los amigos del mal tienen en sus manos armas muy poderosas para desestabilizar el mundo. Por ello, él cree que los gobiernos del mundo van a tener que poner en marcha un sistema universal de identificación de todos los usuarios de Internet.
Estos son sus argumentos:
– La inteligencia artificial permite prever dónde va a estar cada persona a partir de sus mensajes y de los datos de su geolocalización. Además, es fácil identificar su cara con sólo meter en un ordenador 14 fotos suyas.
– Cada día damos más información sobre nosotros mismos, casi sin darnos cuenta. De hecho, en dos días producimos tantos datos como se crearon desde el comienzo de la historia hasta 2003.
– La única forma de evitar los riesgos de esta cesión de datos personales es conseguir una transparencia máxima.
Esto del control de las masas «por nuestro bien» y porque hay unos «malos malotes» ahía fuera, se está saliendo de madre. Bienvenidos a 1984, sociedad orwelliana a galope.
De nuevo, Eric Schmidt viene a ponernos a las claras lo que está sucediendo ya: no existe al anonimato, la anonimización o el mantenimiento del anonimato son falacias, y por tanto tenía mucha razón al decir que mejor no hacer nada online que no queramos que se sepa.
A ver si nos vamos damos cuenta de que los riesgos en Internet se basan casi exclusivamente en problemas de identidad electrónica, por lo que se proponen sistemas mejores de identificación electrónica, diciendo que a su vez deben garantizar la conformidad legal con la protección de datos personales….y que todo ello sólo lleva a ser trazados de forma persistente aunque distribuida entre diversos sujetos, si bien unos pocos lo saben casi todo.
La transparencia está muy bien, pero sirve de poco cuando los sujetos pasamos olímpicamente de invertir tiempo en ejercitar nuestros derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición, controlar cesiones ilícitas de datos,… poner a los usuarios a cargo de su propia privacidad hace que hagamos casi desaparecer este derecho, pues no tenemos ni ganas ni tiempo de hacer un uso diligente del mismo y exigir diligencia en el uso de nuestros datos por terceros.
Un saludo