«No mentirás» dice el octavo mandamiento. A los autores de la red social de la JMJ no les debe importar mucho, porque llenaron la portada de perfiles falsos. Tomás tenía un hermano gemelo que se llamaba Cristóbal y a Ana María le había salido un clon llamado Paula. Obviamente, las fotos y los nombres estaban sacados de un catálogo de caras o del colegio de los hijos del creativo y los nombres provenían del santoral.

Afortunadamente, una compañera hizo un pantallazo para que el pecado no se quede solo en el confesionario, ya que hoy han modificado la portada de la red social «oficial» de la Jornada Mundial de la Juventud. Y es que una cosa es mentir entre amigos y otra hacerlo delante del Papa. Ahora las caras han sido sustituidas por figuras que representan a los miles de jóvenes «arraigados en la fe cristiana» con los que se puede conectar online. Por cierto, ¿no crees que el diseñador ha dado demasiados detalles sobre su filiación política al llenar la cabecera de gaviotas?