Me ha parecido curioso el nombre que han utilizado para un evento que se celebra en noviembre en Nueva York: Contenido 4.0. Su punto de partida, con el que estoy esencialmente de acuerdo, es que estamos pasando a una nueva Web en la que las cosas dejan de ser gratuitas y se cobra por ellos. Supuestamente, superaría a la Web 1.0 (estática), a la Web 2.0 (participativa) y a la Web 3.0 (inteligente).
Ejemplos hay unos cuantos:
– iTunes, el servicio de venta de música online de Apple que está funcionando muy bien, pese al P2P.
– Netflix, el servicio de alquiler de películas que tiene ya 23 millones de clientes en EE.UU.
– Kindle, el ebook de Amazon que con su éxito ha propulsado a la firma norteamericana hasta valores nunca vistos en Bolsa
– Las apps de iPhone, que también están convirtiendo a este teléfono en una mina de oro, en la medida en que el fabricante del terminal se queda con el 30% de cada operación.
– Periódicos y revistas como el New York Times o el Economist, que han conseguido rentabilizar sus operaciones online merced a las cuentas de pago.
– Linkedin, que tiene en las cuentas premium su principal fuente de ingresos.
Si en la Web 1.0 se empezó a desarrollar el negocio de los banners, que en la Web 2.0 se convirtió en publicidad personalizada vía búsquedas o en redes sociales, ahora pasamos a una nueva etapa en la que parece obligado cobrar. Sea por todo el servicio o bien por una parte del mismo, con modelos freemium que permiten probar antes de comprar.
Otro caso realmente interesante es el de App.net, una red social surgida recientemente que parte de la base de que sus miembros han de pagar. ¿Cuánto? 50 dólares al año. ¿Qué reciben a cambio? «Una experiencia sin anuncios, enfocada en lo social y en las posibilidades de la interrelación», explica el consultor Jeremiah Owyang después de confesar haber abonado los 50 dólares de App.net, al igual que otras más de 10.000 personas.
En mi opinión las definiciones podrían ser:
– Web 1.0: es la que el navegante *tiene que* ir visitando la web por si se ha actualizado el contenido y éste es de su interés. Ejemplo: La sección de noticias de _cualquier_ web de empresa.
– Web 2.0: la web es la que avisa al navegante (RSS) y éste es el que crea (o mejor dicho, puede crear) el contenido, de forma que pasa a tener mayor interés. Ejemplo: Wikipedia.
– Web 3.0: o semántica. Gestada por el uso de tags, el navegante usa el lenguaje naturaul para interactuar. Ejemplo: Hakia (o Google, aunque las últimas noticias que tengo es que siguen trabajando en adaptar su buscador).
Llegados hasta aquí, creo que coincidimos hasta el primer párrafo. Ahora, lo que no logro entender es qué hace especiales este tipo de webs como para llamarlas «4.0» (es una etiqueta, me refierio a clasificarlas aparte). Parece si como la etiqueta «4.0» tenga que estar vinculada a un modelo de negocio/subscripción.
¿Soy el único que piensa así?