Recuerdo que en Blogak 2.0 una de las charlas que más gustó fue la de Loïc Lemeur y especialmente uno de los casos que planteó: el de la tienda online de camisetas Lafraise. La sorpresa fue mayúscula al ver que los blogs no son sólo diarios personales, sino que también tienen un lado comercial, cada día más robusto, y que se pueden emplear, incluso, para vender directamente, sin intermediarios. ¿Funcionan estas tiendas? Parece que sí.Lafraise es un blog en el que el autor de las camisetas propone diversos diseños, con el fin de que los internautas le indiquen cuáles prefieren. Lo bueno es que esta implicación del consumidor se transforma muchas veces en compras. Para ello, su responsable añadió un sistema para realizar pedidos.Pues bien. El ejemplo ha cundido y ya hay otra blog-tienda: Lilli Bulle. En este caso se trata de un comercio tradicional de ropa para niños que decidió abrir escaparate en la Red vía blog. Meses después, el 30% de su facturación viene por Internet, con dos o tres pedidos diarios de cantidades que llegan hasta los 800 euros.De todas formas, los dos casos son bien distintos. Lafraise ha creado, vía blog, una especie de comunidad de fanáticos de las camisetas que quieren no sólo ponérselas sino también participar en su concepción. En el caso de Lilly Bulle me temo que el blog ha ayudado mucho más a posicionar la tienda en Google y a atraer clientes a través del marketing viral. No se diferencia mucho, por tanto, del típico blog corporativo.