Que se trafique con drogas en una red social es en el fondo una demostración de su madurez. Al fin y al cabo, los estupefacientes y los camellos que los distribuyen existen, así que no debería alarmar a nadie que la Policía de Brasil haya detenido a diez internautas acusados de vender marihuana y éxtasis en Orkut.

Al parecer, los arrestados se daban a conocer en foros especializados de esta red social propiedad de Google, donde también contactaban con los posibles clientes. La Policía había conseguido introducirse en Orkut (sólo se entra por invitación) y fisgar en los diferentes puntos para detectar a los camellos. Después, probablemente quedaron con algunos de ellos para pillarles in fraganti.
Lo interesante del caso es que Orkut es un auténtico fenómeno social en Brasil, donde existen más de 4 millones de internautas que están dados de alta en esta red social. Cualquier usuario se ha podido dar cuenta: los cariocas están por todas partes y sus foros han invadido casi todos los resquicios. El otro país que cuenta con un importante volumen de orkutianos es Estonia. Al parecer, un amigo íntimo del creador de Orkut es estonio y ha sido él mismo quien se ha encargado de dar a conocer la red social en su país.
He tratado de sacar unas conclusiones de todo ello:
-Una red social de Internet no se desarrolla si no existe una relación en el mundo real (previa o posterior). Lo hemos visto con los chats y sus kedadas y ahora lo experimentamos con redes sociales que se desarrollan en un único país por las ligazones que se pueden establecer entre vecinos y personas que viven cerca unas de otras. Un caso muy hispano es el de las partys informáticas, que unen durante el verano a miles de fans de la informática.
-Si la red social de Internet alcanza un determinado tamaño, se reproducen en ella fenómenos de la vida rutinaria y especialmente aquellos que son reprimidos en la vida cotidiana. Lo hemos visto con el sexo, que está gozando de un renacimiento gracias a Internet, y también se experimenta con asuntos más turbios, como el tráfico de drogas y la pedofilia.
-Una red social que alcanza un volumen importante de usuarios se convierte no sólo en un punto de chateo y ligoteo, sino también en un mercado donde se producen intercambios económicos. En este caso, lo hemos podido saber porque se trata de productos ilegales, pero en ningún medio vamos a oír hablar de todos los pisos o coches que se intercambian entre usuarios de redes sociales. Sólo eBay ha sabido aprovecharse hasta el momento de este mercado y, por eso, es esta empresa precisamente la que hasta el momento se ha mostrado más interesada en adquirir redes sociales consolidadas.
Por cierto, si de algo puede que sirvan las detenciones de Brasil es para que se hable de las redes sociales en los medios de comunicación tradicionales. Es lo que sucedió con Internet a raíz de las primeras detenciones de pedófilos.