La revista Wired, que dirige Chris Anderson, el autor del Long Tail, se hace eco esta semana de uno de los grandes retos que deben sortear las redes sociales: su posible abuso por parte de spammers y otras tribus de sinvergüenzas. Y es que servicios como Digg y, en menor medida, Menéame, están sujetos a los intentos de manipulación de empresas de relaciones públicas interesadas en que las páginas de sus clientes sean muy votadas.
Estas agencias generan usuarios falsos y consiguen que "meneen" determinados artículos. Al parecer, el voto vale un dólar y hay usuarios con mucho karma que se venden por 800 dólares. El problema no sólo afecta a Digg, sino también a la Wikipedia y a del.icio.us. El caso de eBay, donde supuestamente se generan reputaciones artificiales, es conocido desde hace años, pero un tanto distinto. Incluso nosotros estamos empezando a notar cosas de este tipo en el ranking de blogs.
Y lo peor de todo es que es muy difícil de combatir. Pero todo tiene una lectura positiva: creo que nadie puede ya dudar que la atención es tan importante en Internet que hasta tiene un precio. El negocio de los SEOS está basado precisamente en eso, en mejorar el posicionamiento de sus clientes, normalmente con técnicos éticas.
Nosotros tenemos el usuario informativo en digg desde agosto, y aunque algunas veces se hallan metido noticias antes que los top diggers apenas hemos llegado a alcanzar como máximo 38 diggs.
Un saludo 🙂